… Los que siempre miran a los
ojos cuando hablan. Los que no miran nunca a los ojos. Los que sólo miran a los
ojos cuando su interlocutor es conocido, o íntimo. Los que sólo miran a los
ojos de los completos desconocidos. Los que fijan la vista en los labios del
que habla. Los que miran hacia arriba o hacia abajo o al infinito cuando
escuchan. Los que miran a los ojos pero sin mirar, con la mirada fija pero
ausente. Los que miran a los ojos reflejados en el espejo retrovisor del taxi
pero luego te vuelves y ahí, cara a cara, rehúyen tu mirada. Los que cierran
los ojos al hablar de ciertos temas importantes, o trágicos. Los que miran a un
punto fijo entre las cejas de su interlocutor. Los que sólo miran a los ojos
cuando tú no miras los suyos, y viceversa. Los que aguantan tu mirada como
retándote. Los que se ocultan tras la excusa de un flequillo demasiado largo o
sus gafas de sol. Los que sólo miran a los ojos cuando tratan de seducir. Los
que sólo miran a los ojos cuando dicen la verdad. O viceversa.
No sabría si fiarme más o
menos de los que miran a los ojos cuando habla como de aquellos que evitan tu
mirada. Algunos ojos son siempre tímidos o temen ser desnudados (o cazados) a
través del iris. Otros, sin embargo, son tan fríos que jamás sacarás conclusión
alguna a través de ellos. O cristalinos; sin nada que ocultar. O despojados de
miedo. O en otro mundo.
Ahora, mírame a los ojos y
cuéntame cosas.
¿Sueles mirar a los ojos de
tu interlocutor?
No es sólo una creencia del
saber popular, sino que fue pregonada por muchos psicólogos. Está relacionado
principalmente con la corriente de la programación neurolingüística, tipo de
terapia que apunta a cambiar los modelos de conducta mental y emocional, que
suele valerse de la relación entre el movimiento de los ojos y los
pensamientos. Según esta corriente, cuando una persona diestra mira hacia
arriba y a la derecha, es que está visualizando un evento imaginado o
inventado. En contraste, cuando se mira hacia la izquierda, estaría
visualizando un recuerdo. Por ende, un mentiroso mirará hacia la derecha cuando
mienta.
Según uno de los autores del
estudio, Richard Wiseman, la mejor forma de detectar si alguien está mintiendo
se puede resumir en cinco consejos principales:
1. Todo mentiroso, está creando algo que no
ocurrió, por lo que tiende a reducir el número de veces que se refieren a sí
mismos. Por lo que si no hay muchos, yo, mío, etc., estamos ante una mentira.2. Mentir no es fácil, es común que cuando alguien quiera concentrarse en lo que está haciendo se mueva poco, así que si alguien se queda muy quieto, puede estar muy concentrado en inventar, e inventar.
3. Quién miente, vacilará más, por lo que si
hay muchos hmm, errr, “como decía”, “cómo decirlo”, pueden indicar que está
mintiendo.
4. Las pausas son importantes. Una mentira hay
que elaborarla, y lleva su tiempo, por mejor mentiroso que se sea, por lo que si
alguien tarda en responder, puede que esté inventando su respuesta.
5. Cuando uno miente tiende a mover las manos
más de lo normal, así que si alguien empieza a cubrirse la boca, tocar su
nariz, etc., puede ser que esté mintiendo.
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