viernes, 26 de abril de 2013

miércoles, 24 de abril de 2013

DIA DEL BUEN PASTOR

El verdadero pastor se diferencia claramente de un asalariado. Éste último trabaja por dinero y no le importa la suerte de las ovejas. Esto se ve cuando llegan los lobos hambrientos a atacar el rebaño. Mientras que, en este caso, el dueño de las ovejas arriesga su vida por defenderlas a ellas, el mercenario huye, pensando sólo en salvarse a sí mismo. El buen pastor conoce a sus ovejas y es capaz de distinguir las suyas de las demás, conoce las necesidades concretas de cada una, sufre con ellas las inclemencias del tiempo y el cansancio de los desplazamientos, vela por su rebaño, lo proteje de los enemigos que lo amenazan, cura a las ovejas enfermas, alimenta con solicitud a las preñadas, dedica una atención especial a las más débiles.
 
Jesús es el verdadero Pastor bueno y generoso que conoce nuestros nombres, nuestras características personales, nuestra historia y que nos ama con un cariño único e irrepetible. Él viene a buscarnos para sacarnos del redil donde estábamos encerrados (la esclavitud del pecado y de la ley) y conducirnos a la libertad de los hijos de Dios. Nos habla, educándonos con sus enseñanzas. Quienes le escuchan saben que sólo Él tiene palabras de vida eterna (Juan 6, 68). Nos alimenta con su propio Cuerpo y su propia Sangre (Juan 6, 55). Nos regala el agua del Espíritu Santo, la única que puede saciar nuestra sed (Juan 4, 14). Nos conduce a la Verdad y la Vida (Juan 14, 6). Nos ha amado hasta el extremo (Juan 13, 1), manifestándonos lo ilimitado de su amor al dar la vida por nosotros (Juan 15, 13). La verdadera felicidad consiste en acogerle y seguirle, porque nadie va al Padre, sino por él.
 
EL SACERDOTE ES LA FIGURA DE CRISTO, ES LA PRESENCIA DE CRISTO EN LA TIERRA
 



lunes, 22 de abril de 2013

JEAN DAY CON MOTIVO DEL DÍA DEL NIÑO

El pasado viernes se motivó a los estudiantes para un Jean Day con el fin de recoger fondos y celebrar el día del niño. En las dos últimas  horas de clase se realizaron unos emocionantes partidos de futbol y baloncesto, participando los estudiantes de grado 11º y los docentes.
 
Fue un rato sensacional...
 




 

Hermanas Dominicas de la Doctrina Cristiana

Las hermanas Dominicas de la Doctrina Cristiana fuimos fundadas por  la Madre Leonor Baqueriza Figueroa, O. P., el 8 de agosto de 1948 en México, D.F.   Abrazando el espíritu de Santo de Domingo de Guzmán.  Desde sus inicios las hermanas, con dedicación, se esfuerzan por dar testimonio a semejanza de su fundador: Santo Domingo de Guzmán,  según el carisma de nuestra Congregación “Hombre de su tiempo y predicador íntegro del Evangelio  compartiendo  y conociendo las angustias y esperanzas del Hombre”. Nos encontramos distribuidas en 3 provincias: Colombia, México y Estados Unidos, dos casas de misión en África y una en el Perú.
En Colombia nos encontramos en: Barranquilla;  Medellín, Cocorná y la Ceja en Antioquia; Bogotá; Ocaña N.S;  y en Istmina - Chocó.
Nuestra Superiora general se llama Hna. Yolanda García; nuestra Superiora Provincial es Hna. Marleny Echeverri

martes, 16 de abril de 2013

EL REINO DE DIOS

En la cultura hoy dominante, la idea de victoria se asocia con frecuencia a un éxito inmediato. En la perspectiva cristiana, en cambio, la victoria es un proceso —largo y, a nuestros ojos humanos, no siempre lineal— de transformación y de crecimiento en el bien. Esa victoria tiene lugar según los tiempos de Dios, no según nuestros tiempos, y requiere de nuestra fe profunda y perseverancia paciente. Aunque el reino de Dios irrumpió definitivamente en la historia con la resurrección de Jesús, aún no está plenamente realizado. La victoria final se producirá sólo con la segunda venida del Señor, que nosotros aguardamos con esperanza paciente. También nuestra espera de la unidad visible de la Iglesia debe ser paciente y confiada. Sólo con esta disposición encuentran pleno significado nuestra oración y nuestro compromiso cotidianos por la unidad de los cristianos. La actitud de espera paciente no significa pasividad o resignación, sino respuesta pronta y atenta a toda posibilidad de comunión y fraternidad que nos dona el Señor. Benedicto XVI, 25 de enero de 2012.
Reflexión

El Reino de Dios ya está entre nosotros, aunque no completamente. Está entre nosotros porque Jesús ya ha venido a la tierra y nos ha dejado su presencia. Pero todavía falta algo. Es necesario que el Reino llegue al corazón de cada hombre. Sólo entonces podremos decir que ya ha llegado en toda su plenitud.

Jesús advierte que no se trata de un reino de ejércitos, de emperadores, de palacios, etc. sino que es algo mucho más sutil, menos notorio. Es un gobierno sobre los corazones, cuya ley es la caridad y Cristo es el soberano.

Dejar que Jesús reine en mi alma significa abrirle las puertas para que Él haga lo que quiera conmigo. Y El sólo entra y se queda a vivir si encuentra un alma limpia, es decir, sin pecado. Un alma en pecado es un lugar inhabitable para Dios. Por eso decimos que hay que vivir en continua lucha con nuestro peor enemigo, que es el pecado, porque sólo él nos aleja de Dios, la meta de nuestra vida.

¡Cómo sería el mundo si todos los hombres viviesen en gracia, en amistad con Dios! ¡Qué diferentes serían las cosas si todos los países adoptaran el mandamiento de la caridad universal como ley suprema!

Entonces, sí que podríamos decir que el Reino de los cielos ha llegado a la tierra.
Propósito
Empecemos por nuestro corazón y por nuestra casa. Que cada día Dios sea lo más imprtante en mi vida, buscar que el Reino de Dios viva en mi corazón, a través de la oración y la caridad a los demás.

Diálogo con Cristo

Jesús, ni el trabajo, ni el estudio, ni las ocupaciones cotidianas, deben ser un obstáculo para estar unido a Ti. Sólo dejando que gobiernes y ordenes mi vida, podrá venir a mí tu Reino. Reconociéndote hoy como mi Rey y Señor, todo mi día se convertirá en un medio para alabarte, para glorificarte y amarte, por medio de mi amor y servicio a los demás.

lunes, 15 de abril de 2013

HSTORIA FUNDACIONAL DE LOS FRAILES DOMINICOS


La orden de predicadores, conocida también como orden dominicana y sus miembros como dominicos, es una orden mendicante de la Iglesia católica fundada por Domingo de Guzmán en Toulouse durante la Cruzada albigense y confirmada por el papa Honorio III el 22 de diciembre de 1216.1

La orden dominica se destacó en el campo de la teología y doctrina al abrigo de figuras como Alberto Magno o Tomás de Aquino. Muchos de sus miembros integraron la Inquisición medieval. La orden fundó la Escuela de Salamanca de teología, filosofía y economía. La orden alcanzó su mayor número de miembros durante la expansión del catolicismo en los territorios de América, África y Asia incorporados a las coronas de Portugal y de España, donde se reconoce la labor de personajes como Bartolomé de las Casas por su contribución temprana a la defensa de los derechos humanos. La orden tuvo un declive en la modernidad hasta el siglo XIX, pero pudo recuperar su influencia con el impulso de teólogos como Enrique Lacordaire, participando activamente en el Concilio Vaticano I y, desde entonces, contribuyendo al desarrollo del catolicismo contemporáneo. El lema de la orden es Laudare, benedicere, praedicare (‘alabar, bendecir y predicar).

 Los dominicos nacen en el contexto de la cruzada albigense, guerra emprendida por iniciativa de la Iglesia católica y la nobleza del reino de Francia en contra de los cátaros y la nobleza de Occitania a comienzos del siglo XIII. Domingo de Guzmán, natural de Caleruega, era un clérigo que integraba el capítulo de la catedral de Osma. Durante un viaje diplomático realizado con su obispo Diego de Acevedo al norte de Europa, fue encargado del intento de conversión de los cátaros instalados en el sur de Francia. Hacia 1206, organizó ―con la aprobación del Papa― un grupo de predicación que imitaba las costumbres de los cátaros, viviendo pobremente, sin criados ni posesiones, pero sus intentos fueron un fracaso, lo que decidió el uso de la fuerza y el inicio de la llamada cruzada contra los cátaros.
 Santo Domingo continuó madurando su idea y se fue a vivir a la diócesis de Toulouse, donde fundó un monasterio femenino en Prohuille. Finalmente, hacia 1215 organizó la primera comunidad formal de «hermanos predicadores», como fue llamada la orden naciente. Se componía de 16 integrantes. Dicha comunidad se guiaba bajo la regla de San Agustín y vivía en conventos o casas urbanas, bajo una espiritualidad a la vez monástica y a la vez apostólica. El lema escogido fue «Contemplari et contemplata aliis tradere» (‘contemplar y dar a otros lo contemplado’). Todo esto fue novedoso para la época, pues hasta entonces, los religiosos vivían en monasterios y no se dedicaban a la predicación, la cual era oficio propio de los obispos. Los dominicos tomaron como ejes de su carisma el estudio y la predicación, unidos a la pobreza mendicante.
 De manera paralela a la fundación de los predicadores y de las monjas, nació la Milicia de Jesucristo, después conocida como Tercera Orden de la Penitencia de Predicadores, que sería la rama seglar de la organización. En la actualidad es conocida como orden seglar dominicana, y sus miembros como seglares de la orden de predicadores
La orden fue aprobada por el papa Honorio III en 1216. Pocos años después, santo Domingo tomó la decisión de dispersar al pequeño grupo, enviándolo a lugares claves de la Europa de entonces: París y Bolonia, donde se encontraban las dos principales universidades del mundo occidental. El éxito fue inmediato. Si en 1221, cuando murió su fundador, los dominicos eran alrededor de 300 frailes, unos cincuenta años más tarde el número rodeaba los 10.000 miembros, este proceso de crecimiento se inició principalmente con el Beato Jordán de Sajonia como inmediato sucesor de Santo Domingo de Guzmán. Hasta el siglo XIX, los dominicos representaron la segunda comunidad masculina más numerosa, después de los franciscanos.
Pronto se hicieron muy populares, y grandes teólogos se forjaron en sus filas. Los casos más renombrados son los de Tomás de Aquino, Alberto Magno, Meister Eckart y Vicente Ferrer.
La preparación y formación teológica expuesta tanto por los dominicos como por los franciscanos hizo que al fundarse la Inquisición, en 1231, las autoridades se fijaran en estos religiosos y le confiaran su organización, que llevaron adelante con mucho celo, al punto de que los primeros quedaron asociados para siempre con este célebre tribunal. Tal vez los más famosos inquisidores son Bernardo Gui (o de Guio) y Tomás de Torquemada, ambos dominicos.
Tras una decadencia que afectó a todas las órdenes religiosas en general durante el siglo XIV, los dominicos se reformaron en el siglo XV, y tuvieron una nueva época de gloria intelectual que protagonizaron los dominicos del Convento de San Esteban de Salamanca, donde se forjó la Escuela de Salamanca, en su faceta teológica, que daría después sus frutos en la filosofía, el derecho y la economía, con personajes de la talla de Francisco de Vitoria, Tomás de Mercado o Domingo de Soto, que hicieron unos planteamientos sobre los problemas de la sociedad inusualmente avanzados.

Mientras tanto se enfrentaban a una nueva tarea: la Evangelización de América. Su trabajo allí fue muy importante y en los anales de la historia se tiene en especial consideración a Fray Bartolomé de las Casas, Fr. Antonio de Montesinos, Fr. Pedro de Córdoba, San Luis Beltrán y otros más por su labor en la defensa de los derechos de los indígenas americanos.
En América, los dominicos también intervinieron en la educación de la población criolla, a través de la fundación de centros universitarios y en la propagación de prácticas y devociones que aún hoy están presentes entre la población católica, como la devoción a la Virgen María a través del rezo del rosario.
Al advenir la época de las revoluciones (siglos XVIII-XIX) tanto en Europa como en América, la orden soportó la crisis más grande de su historia. La inobservancia, la laxitud, la aridez intelectual, unida a los ataques que desde el exterior lanzaron las autoridades políticas de corte liberal, la llevaron a casi desaparecer por completo. A partir del siglo XIX comenzó una segunda restauración, si bien el número de religiosos nunca volvió a tener el guarismo de otras épocas. Uno de los restauradores más conocidos por su influencia en Francia y en Europa en general, fue Enrique Lacordaire.
En el siglo XX la orden dominicana recuperó parte de su antiguo esplendor en el campo teológico y pastoral. Por medio de teólogos como Marie Dominique Chenu, Yves Congar, Santiago Ramírez y Aniceto Fernández, entre otros, los dominicos tuvieron una influyente participación en el Concilio Vaticano II. En la actualidad, los alrededor de 6500 frailes que existen se dedican especialmente al estudio teológico y filosófico, a la pastoral en parroquias, a la misión y la enseñanza en centros de estudio.

viernes, 12 de abril de 2013

CELEBRACIONES MES DE ABRIL



El 21 de abril es el dìa del buen Pastor.


Debemos reconocer ante todo que, nuestro único Buen Pastor o “Pastor excelente” es Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote; Él mismo afirma esta realidad en el Evangelio “Yo soy el Buen Pastor” (cf. Jn 10,11). Sin embargo, ha decidido contar con hombres comunes y corrientes pero revestidos con la gracia del sacramento del Orden para que guíen a su rebaño por los caminos que conducen al Padre, pues “a ustedes los he llamado amigos porque les he dado a conocer todo lo que escuché a mi Padre” (cf. Jn 15,15).

El 26 de abril es el día del niño.

El Día de los niños o Día Internacional del niño es una fecha consagrada para resaltar el papel de la primera infancia en la sociedad, promover sus derechos y desarrollar actividades que promuevan su bienestar.

El Día del Niño en
Colombia se celebra todos los años el último sábado de Abril, es un día conmemorativo dedicado a los más pequeños, este homenaje fue instituida por el gobierno en el año 2001, durante la presencia del presidente Andrés Pastrana y se denomina Día de la Niñez.





lunes, 1 de abril de 2013

FELICES PASCUAS DE RESURRECCIÓN

Nuestro Dios, es un Dios vivo; y alegres porque:
!Dios ha vencido la muerte! nos gozamos por su amor, entrega y salvación.
Dios nos quiere alegres, salvos y unidos. Resucita también con Él y tu vida se renovará
 

!CRISTO VIVE!